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Hospital de la Caridad

Ubicado en el Barrio del Arenal se encuentra este monumento histórico, antiguo arrabal de la

Carretería, limitado en su parte trasera por una línea que recorría la muralla de la ciudad, al lado del

Postigo del Carbón, sobre cinco de las naves de las Atarazanas Reales.

La fachada principal, orientada hacia el oeste, muestra la iglesia a la izquierda que no se encuentra

al nivel del suelo, está elevada dos metros sobre este nivel para evitar las frecuentes inundaciones y

riadas del Guadalquivir las que motivaron la ruina irreparable de la capilla que fue demolida en 1645

y el hospital a la derecha, pero solo puede visitarse una parte, pues todavía se ejercen funciones de

asistencia como residencia de ancianos.

La fachada está formada por una portada central con vano rectangular, con cartela en el dintel y

flanqueado por dos semicolumnas toscanas sobre plinto, dónde se ubican sendas hornacinas con las

esculturas de los santos: El Rey Fernando III de Castilla (a la derecha) representado con una bola del

mundo en su mano izquierda y una espada en su mano derecha, y Luis de Francia (a la izquierda) con

una cruz en su mano derecha.

El segundo cuerpo está dividido en tres calles: La central presenta un balcón enmarcado por pilastras

corintias sobre el que se ubica un panel de azulejos con la alegoría de la Caridad, que se representa

como una matrona (pues otorga ayudas y cuidados) que sostiene a dos niños pequeños y con una

cruz arbórea que forma parte del escudo de la Hermandad (todo ello enmarcado por una arco

semicircular). En los laterales se ubican otros cuatro paneles de azulejos rematados por frontones

curvos partidos y triangulares, que representan a los Santos Jorge (siendo la fachada dirigida a él)

representado a caballo matando a un dragón y a Santiago (patrón de la orden militar de España)

representado a caballo también con la espada en alto siendo sujetada por su mano derecha listo

para atacar a un musulmán que se encontraba debajo. Las alegorías de la Fe (a la izquierda),

representada con los ojos tapados pues debía de creer, llevando el cáliz en su mano izquierda y una

cruz en su brazo derecho. Y la Esperanza (a la derecha) sentada en una ancla con un romero en su

mano derecha.

Aunque el proyecto inicial incluía culminar la fachada con una espadaña, se remata con cornisa

sobre la que aparece una barandilla de hierro, un ático central con vano adintelado enmarcado por

columnas que soportan una cornisa quebrada y un frontón triangular con pináculos de ladrillos en

los extremos. Fue en 1721 cuando se construyó una torre ligeramente retrasada respecto de la

fachada para alojar las campanas que presentan planta cuadrangular y arcos semicirculares, con

pilastras decoradas con bolas de cerámica y un capitel mixtilíneo rematado por una cruz.

En este edificio tiene su sede la Hermandad de la Santa Caridad , que se ocupaba de darle sepultura

a los restos mortales de los condenados y ha aquellos que morían ahogados en el río.Debido a su

mal estado en 1645, se llevó a cabo su demolición con la idea de levantar una iglesia más grande,

pero debido a las numerosas dificultades y a la gran crisis económica que se presentaba, esta idea

iba a ser retractada, pero con la llegada de Miguel de Mañara, la obra avanzó.

Miguel de Mañara convertido en hermano mayor de la corporación, mientras se terminaba las

modificaciones en la iglesia propuso crear un hospicio para aquellos mendigos que deambulaban por

las calles o que se quedaban fuera de las murallas. A comienzos de 1665 comenzó su labor

hospitalaria para atender a foráneos e incurables.

En 1672 debido a las nuevas funciones que se veían necesarias, se obtuvo la nave de las Atarazanas

Reales colindante a la Iglesia, sobre la que se levantó la Sala de Cristo y en 1675 se decidió tomar una

nueva nave para levantar la Sala de la Virgen, llamado así por un retablo de Bernardo Simón de

Pineda, hoy desaparecido. Ambas encontradas en perpendicular al muro del patio con entradas

laterales, elevadas a más de un metro para que no les afectara las frecuentes crecidas del río

Guadalquivir.

Debido a que Miguel de Mañara no quería excluir a ningún enfermo, a los tres meses de inaugurarse

la segunda enfermería (Sala de la Virgen), vio necesario levantar una tercera, la Sala de San Antonio,

que mantuvo el techo abovedado original de las Atarazanas. Esta sala no se acabó hasta 1682, por lo

que Miguel de Mañara, fallecido en 1679, no pudo verla terminada. En 1856, el arquitecto Francisco

Cansino levantó una cuarta sala repitiendo la estructura de la de San Antonio, que se puso bajo la

advocación de San José.

El conjunto que hoy se conserva presenta planta rectangular determinada por su adaptación a cinco

de las naves de las Atarazanas Reales.

Hagamos un recorrido:

Entrando al edificio accedemos a un amplio patio, obra probable de Leonardo de Figueroa, dividido

en dos partes separadas por un pasaje volado sobre columnas. El patio se encuentra flanqueado por

tres de sus lados por columnas toscanas rematadas con arcos de medio punto y decorado con siete

paneles de azulejos de 1700, de origen holandés, que representan escenas bíblicas que en un

principio pertenecieron al Convento de los Descalzos de Cádiz. En cada uno de los espacios del patio

se levanta una fuente de mármol con grupos escultóricos de la Fe y la Caridad, respectivamente,

realizadas en Génova en 1682.

Desde el patio se accede a la antigua sala de cabildos, en la que se conservan distintos objetos

relacionados con Miguel de Mañara, como una de las espadas que le pertenecieron o la mascarilla

mortuoria además las paredes recogen interesantes pinturas entre las que destaca un retrato de

Mañara pintado por Valdés Leal y un crucificado obra de Zurbarán .

Girando a la izquierda podemos entrar a la iglesia que es de una sola nave cubierta con bóveda de

cañón y una pequeña cúpula en el anti-presbiterio, sus muros se articulan con pilastras corintias que

sostienen una cornisa de saliente alero siendo a sus pies donde se encuentra el coro, elevado sobre

una arcada triple y cuyo templo se encuentra decorado con yeserías que en su nave central presenta

formas abstractas.

La decoración interior de la iglesia fue programada por el propio Miguel de Mañara, y en ella

intervinieron artistas tan prestigiosos como Murillo, Valdés Leal, Pedro Roldán y Bernardo Simón de

Pineda que plasmaron la inspiración de Mañara acerca de la caridad cristiana.

A los pies del templo se encuentran dos de las obras maestras de Valdés Leal y que contienen una

profunda meditación sobre la Muerte y los acontecimientos espirituales que la suceden: Finis gloriae

mundi e In Ictu Oculi , en el trascoro, también de Valdés Leal, se encuentra El triunfo de la Santa Cruz .

Las obras anteriormente descritas daban paso a las seis pinturas de Murillo sobre la misericordia,

cuatro de las cuales fueron robadas, en 1810, durante la Guerra de la Independencia , por el

Mariscal francés Soult , que posteriormente exhibió orgullosamente en su casa de París. A su muerte,

las pinturas fueron vendidas por sus herederos, encontrándose en diversos museos del mundo, la

Galería Nacional británica de Londres, la Galería Nacional canadiense de Ottawa , la Galería

Nacional estadounidense de Washington y el Ermitage de San Petersburgo .

Estos lienzos fueron sustituidos en un principio por cuatro paisajes con escenas bíblicas de Miguel

Luna , que rompían el discurso iconográfico pretendido por Mañara. Desde 2008, se han colocado

reproducciones de los cuadros originales de Murillo que hacen conservar el sentido iconográfico del

conjunto de la iglesia y los cuadros de Luna se han restituido a la sala de capítulos alta con otros

cuatro paisajes de su mano fechados en 1674.

El retablo mayor constituye una de las partes más destacadas del templo. En julio de 1670, después

de terminar la edificación del templo y después de ubicar los cuadros de Murillo, Miguel Mañara,

propuso la realización del retablo, en el que debía representarse la séptima de las obras de

misericordia: enterrar a los muertos .

El retablo constituye en sí mismo una obra maestra del barroco español, la mejor creación de

Bernardo Simón de Pineda y uno de los elementos claves y fundamentales de la retablística hispana.

Todo el conjunto contribuye a captar la atención del espectador e introducirlo en la escena.

Si observamos el muro izquierdo encontramos una gran diferencia pues se encontraban los cuadros

Abraham recibe a tres ángeles y el Retorno del hijo pródigo , pertenecientes a la serie de Murillo

sobre la misericordia, antes mencionada, y que actualmente se localizan respectivamente en el

National Gallery de Ottawa y la National Gallery de Washington. Debajo de éstas, se encuentra en

primer lugar un San Juan de Dios con un enfermo , uno de los dos cuadros de Murillo de la serie de la

misericordia que no fueron robados; a continuación un retablo diseñado por Simón de Pineda,

alberga una pintura de Murillo que representa la Anunciación . En este lado también se encuentra un

interesante púlpito, rematado por una escultura de Pedro Roldán .

A continuación, en la parte alta del ante-presbítero, está uno de los dos cuadros de Murillo que

hacen referencia a milagros relativos a la Caridad; es de un mayor tamaño que los anteriores y

representa a Moisés haciendo brotar agua de la Roca , haciendo referencia a la función de asistencia

que desempeñaba la Hermandad de la Santa Caridad (dar de beber a los que tienen sed). En la parte

inferior aparece el retablo de la Virgen de la Caridad , original de Simón de Pineda, y una escultura

del siglo XVI que es la única obra de la iglesia anterior al siglo XVII; rematando el retablo se halla El

Niño Jesús de Murillo.

Mientras que en el muro de la derecha, y comenzando por la izquierda del lado de la entrada se

encontraban en la parte alta los otros dos lienzos de Murillo de la serie de la misericordia que fueron

robados, El levantamiento del tullido y La Liberación de San Pedro , actualmente en la National

Gallery de Londres y el Ermitage de St. Petersburgo; por debajo de los anteriores, la composición

realizada por Murillo que representa a Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos , la segunda de

las obras de la misericordia que no fue robada en 1810, y a continuación un retablo del Santo Cristo

de la Caridad , con una escultura original de Pedro Roldán .

Del lado del altar, en la parte superior, se puede contemplar la segunda obra de Murillo sobre los

milagros de la Caridad: La multiplicación de los panes y los peces (dar de comer a quien tiene

hambre). En la parte inferior se localiza el retablo de San José, ejecutado por Bernardo Simón de

Pineda , mientras que la escultura de Santo es obra de Cristóbal Ramos , del siglo XVIII. En la parte

superior del retablo aparece otra pintura de Murillo que representa a San Juan Bautista niño.

 
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